En
mi juventud solía ver como mi difunto abuelo, Yang Lu-ch´an, dirigía a mis tíos y
a otros estudiantes en la práctica diaria del Tai Chi Chuan. Entrenaban día y
noche sin descanso, tanto individualmente como en parejas. Sin embargo, yo me
mantenía escéptico, porque creía que la autodefensa contra un solo hombre era
algo que no merecía la pena de ser estudiado y que mas adelante yo estudiaría
como defenderme contra diez mil.
Cuando fui algo mayor, mi difunto tío, Yang Pan-hou, me pidió que estudiara
con él. Como no podía ocultar mis dudas por mas tiempo, se lo dije sin disimulo.
Mi difunto padre, Yang Ch´ien-hou, se enfadó y me dijo: "Pero bueno, ¿que clase
de palabras son esas? Tu abuelo dejó este legado a nuestra familia. ¿Tienes la
intención de renegar de la herencia de nuestra familia?" Mi difunto abuelo, Yang
Lu-Chan, lo apaciguó diciendo: "No se debe coaccionar a los niños. Me dió una
palmadita y continuó diciendo: Atiende un minuto y deja que te explique. La
razón de que yo practique y enseñe este arte no es para desafiar a otros sino
para la autodefensa, no es para atemorizar al mundo sino para salvar a la
nación. El hombre de hoy solo es conciente de la pobreza de nuestra nación, pero
no de su debilidad. Por lo tanto nuestros dirigentes establecen ansiosamente
políticas para aliviar la pobreza, pero nunca he oído hablar de proyectos para
fortalecer al débil o animar al enfermo. Con una nación de gente enferma. ¿quien
puede hacer frente a esta tarea? Somos pobres porque somos débiles; la verdadera
debilidad es la causa de la pobreza. Si examinamos el desarrollo de las
naciones, vemos que todas ellas empiezan por el fortalecimiento del pueblo. La
virilidad y el vigor de los europeos y de los americanos esta fuera de duda,
pero también los japoneses, aunque de pequeña estatura, son disciplinados y
decididos. Cuando los delgados y demacrados miembros de nuestra raza se
enfrenten a ellos no se necesita ser adivino para predecir el resultado. Por eso
el mejor método para salvar a la nación es hacer que nuestra mayor prioridad sea
fortalecer al débil. Ignorar esto es condenarnos al fracaso."
Prólogo del libro de Yan Chén-fu
Principios completos y Aplicaciones del Tai Chi Chuan
Percepciones sobre la virtudes del Ch’i
Ku
She
El Ch’i absorve y asume
toda condición de la existencia. Es fuente de asimilación y también por
esa vía se integra. |
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